Qué difícil es, para unos ojos comunes,
descubrir,
con que corazón estará,
la felicidad del propio.
Qué difícil es, para una persona dañada,
descubrir,
que alma no la volverá,
a deshojar como flor marchita.
Qué difícil es, para un corazón apuñalado,
descubrir,
cual de los amores que le ofrecen,
es el verdadero.
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